Según Belén Gopegi no existen los verbos en abstracto, ni existen los cuidados separados de un tiempo, un lugar y unas circunstancias económicas, políticas y ecológicas. La crisis de cuidados que atravesamos no es nueva, viene de largo, pero hoy se está convirtiendo en una crisis de reproducción social en un contexto de colapso ecológico, que profundiza la división social y sexual del trabajo.
A esto hay que añadirle una profundización en los procesos de privatización y mercantilización del sector de los cuidados. Las grandes empresas están articulando la política pública en este ámbito y la privatización es doble, por un lado, en los hogares y como responsabilidad de las mujeres y, por otro, gestionado por empresas cuyo único objetivo es la generación de beneficios y no la satisfacción de las necesidades de cuidados de las personas, ni el bien común, ni la sostenibilidad de la vida.
Nuestra apuesta es por un sistema público-comunitario de cuidados, arraigado en lo local y basado en cuatro pilares: la promoción de la autonomía y de la vida independiente: educación integral infantil; la profesionalización de una parte de los cuidados y; la del observatorio que nos permita ampliar la mirada y hacer seguimiento para que el resto de las políticas públicas se diseñen desde la perspectiva del cuidado.
Sin embargo, lo comunitario es un término en disputa, que se está utilizando en muchos ámbitos sociales, y también políticos, con sentidos y alcances bien diferentes. Por un lado, hay agentes que apelan a la familiarización y feminización cuando señalan el hogar como espacio preferente para el cuidado. Cuando nos hablan de que el hogar es el espacio en el que vamos a estar mejor cuidados, pero obvian las relaciones de poder y desigualdad, la construcción del cuidado como algo femenino y el papel de las mujeres migradas y las cadenas globales de cuidados como sostén de este modelo. Por otra parte, se habla de lo comunitario apelando al voluntarismo-voluntarioso, de vecinas y otros agentes que tienen que cuidar, ahí donde las instituciones no llegan.
Nosotras, queremos unirnos a la reivindicación del movimiento Feminista de Euskal Herria por un sistema público, integral, accesible y universal que abogue por un derecho colectivo a los cuidados y por unas infraestructuras públicas y de calidad para todas, mejorando las condiciones laborales y vitales de las mujeres y trasladando las necesidades de cuidados desde lo doméstico/individual a lo público/colectivo. Sustituyendo la lógica de la concertación público-privada por una lógica público-social-comunitaria.
Fuente: REAS Euskadi