Según el Informe, elaborado por la Fundación de Finanzas Éticas, las entidades éticas no solo tienen mejor rentabilidad social, sino que también superan a las tradicionales en los resultados económicos.
Las finanzas éticas suman cuatro décadas de crecimiento continuo y son una realidad visible y muy consolidada también en España, donde el año pasado vehicularon 2.200 millones de casi 200.000 personas y concedieron más de 1.400 millones en créditos, según el barómetro que cada ejercicio elabora FETS, la entidad que se ha convertido en el punto de encuentro del sector. Las entidades de referencia en España son Triodos Bank, con forma jurídica de fundación; Fiare Banca Etica, banca cooperativa; Coop57, cooperativa de servicios financieros; OikoCredit, especializada en microcréditos, y Arç, uno de los motores de los seguros éticos.
La banca ética aspira a movilizar el ahorro de la ciudadanía consciente y derivarlo hacia proyectos empresariales que tengan un impacto positivo para la sociedad y transformador para construir un mundo más democrático, ecológico y equitativo. Su función social suele ser reconocida, pero su etiqueta de “alternativa” supone en ocasiones una barrera para muchos ciudadanos, que creen que arriesgarían demasiado concediéndole la supervisión de sus ahorros, a pesar de que en este país centenares de miles de personas han perdido mucho dinero con productos tóxicos ofrecidos por la banca convencional (participaciones preferentes, swaps, inversiones de altísimo riesgo que se evaporaron con el crash de 2008-2010, etc) y de que la banca ética tiene el mismo esquema de protección y supervisión de los bancos centrales que todas las demás entidades, incluida la garantía de depósitos de hasta 100.000 euros.
La banca ética no solo es más rentable socialmente que la tradicional, incluidos los grandes colosos considerados sistémicos, sino que también lo es si se tienen en cuenta las métricas clásicas de rentabilidad financiera que manejan habitualmente los analistas, desde la morosidad de los créditos hasta los beneficios obtenidos, según radiografía sobre el sector en Europa que cada año elabora la Fundación Finanzas Éticas.
Incluso la comparación de la rentabilidad económica convencional es muy beneficiosa para la banca ética según los indicadores más habituales, ya sea la rentabilidad sobre activos (ROA) o la rentabilidad de los recursos propios (ROE). En este último caso, que pone en relación el beneficio neto y el patrimonio neto, la rentabilidad media de las entidades de banca ética a 10 años ha sido del 3,57% entre 2008 y 2018, exactamente el doble de la media de las entidades convencionales (1,79%). Y con una volatilidad mucho más baja: del 0,41% frente al 3,28%. Esto significa que el resultado suele ser bastante constante, con independencia del ciclo económico, mientras que en la banca convencional cambia mucho en función de estar arriba o abajo en la montaña rusa.
Fuente: Alternativas Económicas