Realizada por la Fundación italiana “Finanza Etica”, concluye que las finanzas éticas son muy distintas de las finanzas especulativas; es por esta razón que permiten conservar y aumentar el valor económico del ahorro en el tiempo y agregar en la última línea del extracto de cuenta una serie de valores, como el respeto del medio ambiente, la lucha contra el cambio climático, el derecho a la vivienda, la inclusión de las personas y de las organizaciones tradicionalmente excluidas de los circuitos financieros habituales.
La publicación completa, aquí.
La suma de las actividades de las finanzas éticas y sostenibles en Europa descritas en el informe equivale a 715 mil millones de euros: cerca de 5 % del producto interno bruto total de la Unión Europea (en el momento de sumar los datos, las personas investigadoras han tomado mucho cuidado de no incluir los productos financieros o crediticios que se definen como «éticos» pero se ven diluidos en el marketing.
He aquí como se dividen dichos 715 mil millones:
– 39,80 mill millones representan los activos de cerca de 30 bancos éticos y sostenibles europeos, que a fines de 2016 han concedido créditos por un total de 29,33 mil millones de euros a decenas de miles de proyectos para la inclusión social, la protección del medio ambiente, la cultura y la cooperación internacional. El resultado es una victoria de punta a punta para los bancos éticos. En particular, la investigación entra en detalles sobre la tasa préstamos/activos de los bancos (datos 2016), pone en evidencia una tasa de 73,42 % para los bancos sostenibles contra 38,53 % para los supuestos bancos sistémicos o ‘too big to fail». Es una diferencia enorme, en la práctica, los bancos éticos y sostenibles otorgan el doble de préstamos para los mismos activos, comparativamente a los de mayores dimensiones. Se confirma que los bancos éticos son más sólidos y más resilientes: en el transcurso de los últimos 10 años, sus rendimientos han sido constantes.
– 496 mil millones han sido invertidos en fondos socialmente responsables y por ende en acciones y obligaciones de empresas cotizadas en bolsa o en títulos de Estado, todos seleccionados en base a una serie de criterios de sostenibilidad: Nada de armas, juegos de azar, petróleo, carbón o tabaco. Luz verde, sin embargo, para las sociedades y los Estados “los mejores de la clase” que invierten en energías renovables, adoptan sistemas de gestión medioambiental certificados y no están inmersos en ningún tipo de controversia grave. Es de dichos fondos que habla la segunda parte del informe, con una atención particular a las definiciones que son importantísimas para lograr distinguir las inversiones verdaderamente responsables de las que, al contrario, quieren pintar de verde productos financieros normales para atraer nuevos «segmentos de clientela».
– 5, 54 mil millones de euros constituyen el monto de microcréditos otorgados en Europa. Una cifra poco importante respecto a los créditos de los bancos éticos y las inversiones de los fondos socialmente responsables pero que representa la suma de centenares de miles de pequeños préstamos que han marcado la diferencia. El microcrédito, hecho famoso por el «banquero de los pobres», el Bengalí Muhammad Yunus, premio Nobel de la Paz en 2006, ha demostrado ser válido para las necesidades de 750 mil Europeo.as : préstamos de unos pocos miles de euros que permitieron poner en marcha actividades empresariales con éxito o hacer frente a una necesidad temporal de liquidez. Con este dinero hay quienes han abierto con este dinero un taller de costura que une Italia y Africa, quien ha iniciado una start-up que se ha hechp millonaria y quien, más modestamente, ha pagado los gastos medicales para ayudar a un.a pariente. Mujeres y hombres que no hubiern jamás logrado obtener una financiación por parte de un banco tradicional ya que están considerados como «no solventes » : personas desempleadas, con un empleo precario o poco remunerado, o también jóvenes con ideas innovadoras pero sin capitales para realizarlas.
– Y finalmente las obligaciones verdes (Green Bonds), por los que las empresas y las administraciones se endeudan en el mercado para financiar proyectos medioambientales, se despararon entre 2013 y 2014 y siguen en auge desde entonces. En Europa, según los datos cumulados del último año, el valor de los títulos verdes en circulación es de 178 mil millones de euros. Segundarios pero en fuerte expansión, los bonos de impacto social (social impact bonds) están financiando por otra parte proyectos de bienestar para un total de 273 millones de euros. Una de las nuevas fronteras de las finanzas éticas y sostenibles que está tratada en profundidad en la cuarta parte de la investigación, entre muchas luces y algunas zonas de sombra.
Fuente: Fiare Banca Ética, RIPESS Europa