Concluye el presente ejercicio de 2015 con la culminación de las dos actividades más importantes desarrolladas por el Observatorio. Por un lado, el Informe relativo a la Economía Social vasca durante los cinco últimos años de crisis económica. Por otro, el Informe de situación correspondiente al año 2014. Ambos se complementan, describiendo una evolución contrastada con múltiples fuentes. Una visión útil para este importante sector y para los poderes públicos y estudiosos comprometidos con él.
A estos efectos puede resultar importante señalar que la Disposición Adicional primera de la Ley 5/2011 de Economía Social concreta, bajo el rótulo “Información estadística sobre las entidades de economía social” que las Administraciones públicas que tengan competencia en materia registral sobre la Economía Social colaboren y se coordinen para garantizar una información estadística de las entidades que la componen y de sus organizaciones representativas. Tal información estadística deberá estar periódicamente actualizada y ajustada al “catálogo” de entidades de la Economía Social que prevé el artículo 6 de la citada Ley, tanto para la Administración central como para las CCAA. Independientemente del hecho de que nada de esto se está cumpliendo en el marco de la aplicación de esta Ley, nos situamos ante la formalización de la relevancia legal de la materia estadística sobre Economía Social. El precepto de la Ley 5/2011 que hemos señalado (Disposición Adicional primera) concreta la vinculación entre estadística y registros oficiales de modo que los poderes públicos competentes han de comportarse atendiendo este mandato legal y concentrando sus esfuerzos en mejorar al máximo los registros como fuentes directas de datos. También facilitando, como prioridad, la coordinación y conexión entre los distintos registros oficiales de las distintas administraciones. De la atención de estas dos variables, esenciales a la finalidad de la norma, dependerá la consecución de la objetividad y actualización de los datos y de la fiabilidad y excelencia de los resultados científicos. La descripción de la Economía Social a través de su rigurosa cuantificación es una garantía indiscutible para visibilizar su real trascendencia socioeconómica.
De manera general se vienen distinguiendo por la doctrina (Artis, Bouchard, Rousseliere 2013) dos grandes enfoques metodológicos de medición estadística: por un lado la que se agrupa entorno a las cuentas satélite y, por otro, la observación estadística por “imágenes”. Las estadísticas a partir del método de cuentas satélite está directamente vinculada al sistema de cuentas nacionales (SEC) y permite conocer con precisión un concreto sector como campo de estudio con base, expresamente, en el sistema contable oficial. Esta metodología institucional facilita procesos comparativos sobre bases homogéneas, tanto a nivel internacional como nacional o subnacional. Por su parte, la medición estadística por observación permite conocer y analizar aspectos específicos mediante procesos de agregación ascendente que facilitan la comparación con otros agentes socioeconómicos en ámbitos más reducidos o locales (Artis et al). Ello permite una visión más próxima e incluso la adaptación y construcción de indicadores específicos que puedan promover estudios más amplios según las necesidades prospectivas o en atención a realidades diferenciadas o singulares. También propicia estudios comparativos en evolución temporal.
El OVES/GEEB adopta esta última fórmula en sus estudios sobre la evolución de la Economía Social vasca, trabajando en la línea de los Observatorios más localizados que desarrollan su actividad con base en una elaboración descentralizada y de agregación ascendente. Ello permite conocer ciertas especificidades del objeto de estudio y su comparación posterior con otros agentes económicos ajenos a la Economía Social y, a su vez, con otros periodos temporales. Los resultados así obtenidos perfilan procesos evolutivos y, a la vez, más cercanos a las realidades locales y que no suponen una foto-fija estática sobre un sector y en un momento concreto. En todo caso, ambos métodos son imprescindibles.
La cuantificación descentralizada admite la incorporación de variables heterogéneas que producen, como decimos, resultados con perímetros más amplios, agregando campos de estudio que permitan visualizar realidades más caracterizadas. Partiendo de la base de los datos oficiales de los Registros públicos se pueden incorporar variables y datos contrastados con origen en otras fuentes. En el caso de los estudios que ahora se presentan se produce un cruce de fuentes diversas (Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Gobierno Vasco, Haciendas Forales vascas, otros estudios oficiales públicos y privados…). En el espacio analizado se acude también a las entidades de representación de las principales fórmulas de la Economía Social vasca (cooperativas, sociedades laborales, centros especiales de empleo, empresas de inserción y, también, cofradías de pescadores, EPSV…) que aportan sus propios datos, referidos a cerca del 90% de las entidades existentes. Ello incorpora solvencia en los resultados y, al tiempo, determina aspectos más concretos en todo el proceso de observación que agregados permite dar una imagen más general.
En todo caso, la construcción de estudios estadísticos sobre la base de una indubitada solvencia metodológica ha de propiciar que un sector como la Economía Social alcance también por esta vía nuevas cotas de reconocimiento y mayor visibilidad. Es decir, que la materia estadística adquiera una especial relevancia como proceso finalista.
AGUR.