La participación de las socias y socios de Banca Popolare Ética en la defensa de las finanzas cooperativas

marzo 21, 2016 | Sin categorizar

Las socias y socios de Banca Popolare Ética están en camino de elegir el próximo Consejo de Administración aplicando el nuevo reglamento electoral elaborado los dos últimos años para mejorar la calidad de los procesos participativos. Este es un factor determinante para mejorar la eficiencia, la innovación y el desarrollo de proyectos futuros, pero también es el requisito previo para responder a los desafíos éticos de la democracia económica a la que estamos llamados.

En los próximos días podremos expresarnos todos y todas, señalando a quienes consideramos nuestros candidatos/as a asumir el papel de administradores/as en el próximo trienio. Por primera vez, lo haremos en dos países diferentes, asumiendo así una visión más europea y activando nuevas formas de participación más amplia, apoyándonos también en las innovaciones tecnológicas. Es un recorrido nuevo y por lo tanto, perfeccionable. Somos conscientes de que nuestro proceder es disonante con las políticas nacionales y europeas del sistema bancario y, especialmente, con la reforma de las cooperativas de crédito y sus bancos.

Se apuesta por hacer «visibles» y desafiantes para nosotros/as y para los y las demás aquellos elementos constitutivos de nuestra identidad como banco, de manera que su innovación produzca reflexión, prácticas participativas, respuestas de justicia social y democracia económica. Entre estos elementos quiero detenerme sobre tres que me parecen cruciales para Banca Ética: ser cooperativa, coconstruir democracia organizativa y promover la innovación.

Ser cooperativa no es solo elegir un modelo económico sino también uno social y antropológico, que sitúe en el centro la construcción conjunta de la dignidad humana y el bien común. La mutualidad y la solidaridad en Banca Ética no se limitan a los y las habitantes del mismo territorio y el mismo país, sino que tienen una dimensión global, sobre todo en presencia de redes y sistemas digitales que conectan sectores sociales y económicos que van más allá de los confines territoriales. El accionariado actual de Banca Ética es internacional; hay muchos pequeños/as ahorradores resilientes, socios/as y clientes que dirigen las inversiones y sus propios ahorros al bien común. Tenemos el reto de crear «redes, mutualidades, cooperación» entre quienes hoy en día se ven «expulsados/as» o fuera del mercado pero que son potenciales activadores/as de cooperación, es decir, entre tantos sujetos que operan e invierten en las nuevas economías éticas y solidarias. Estamos dispuestos/as así a apropiarnos también de ulteriores sinergias para interpretar y desarrollar hipótesis y proyectos. Es evidente que el nuestro es un desafío contra las políticas de los sistemas bancarios dirigidas a imponer un modelo único de banca «too big to fail».

La coconstrucción de la democracia organizativa aumenta el derecho y el «poder» de las personas para influir en las decisiones y la actividad de una organización. Dicho de otro modo, es la ruta que persigue desarrollar más la democracia, evitando que el poder decisivo y la influencia sobre la gobernanza se concentre en las manos de pequeños grupos exclusivos. En los estudios sobre el empoderamiento organizativo se da importancia central al justo interés de cada uno/a por sentirse parte del proceso de toma de decisiones en el contexto organizativo, que es un proceso de influencia recíproca. El mundo de Banca Ética es un ecosistema diseñado como una red de sistemas horizontales que están en relación constante con los diferentes portadores/as de valor y con el ambiente circundante en un proceso continuo de coconstrucción.

La democracia organizativa no se limita solo a las estructuras sino que, una vez garantizados los puestos y los papeles en las decisiones y la responsabilidad, se concreta a través de todos los procesos, flujos y relaciones sociales. El recorrido elegido para desarrollar y socializar la democracia organizativa es evolutivo, por lo que necesita que todos los portadores/as de valor estén atentos a su evolución y a las formas y consistencia que tome en la realidad.

En nuestro banco, hoy ya transnacional, la gestión de los procesos participativos y el dar a todos/as la misma oportunidad de participar, nos impulsa a experimentar nuevos enfoques culturales y metodológicos, nuevas formas tecnológicas que puedan llegar a formar un patrimonio de conocimientos y prácticas que contrarresten los sistemas bancarios y financieros que penalizan aquellos bancos que protegen realmente la gestión del crédito.

La promoción de la innovación en el sistema financiero ha sido un elemento crucial en Banca Ética, y ha sido posible solo gracias al sistema más amplio en el que se sitúa, que lo ha sostenido y le ha permitido seguir estando activo y vital. Pienso en todos los socios/as activas en Italia y España, organizados/as en los diversos territorios, y a las redes de socios/as de referencia así como las organizaciones arraigadas en las comunidades territoriales. Se puede innovar y crecer dentro de un ecosistema que espolea, provoca discusiones, da un espacio justo a la creación, ayuda a educar en finanzas a los socios/as y a la ciudadanía, elevando su nivel de conocimiento y competencia mediante las múltiples actividades de difusión en las que se les capacita para asumir el protagonismo y para querer participar en un sector complejo como es el financiero. Es un compromiso que seguir cada vez con mayor fuerza, especialmente a la luz de todo lo ocurrido últimamente en el contexto italiano, en el que tantos ciudadanos/as que se han sentido engañado/as por los propios bancos y el sistema financiero.

Los procesos participativos, la construcción de la democracia, las innovaciones necesitan que se ejerza una crítica honesta y constructiva, es decir, dejarse desafiar por cuestiones que interrogan, alimentan y nutren un ecosistema. Estos nuevos desafíos y demandas serán sobre todo éticas y requerirán dar sentido a nuevas elecciones concretas que acometer conjuntamente… a todos nosotros/as competerá hacerlo.

Fuente: Fiare Banca Ética