El 17 de enero comenzó la nueva edición para el fomento del Emprendizaje Social Cooperativo en la Facultad de Huhezi de Mondragon Unibertsitatea, en Eskoriatza.
KoopFabrika es un programa nómada que se ofrece en el territorio de Gipuzkoa, tejiéndose principalmente en 4 nodos comarcales: Oarsoaldea, Debagoiena, Beterri-Buruntza y Bidasoa. Mediante KoopFabrika se busca trabajar los valores sociales, colectivos, cooperativos, de cercanía y transformadores, encaminados a poner en marcha nuevos proyectos e iniciativas económicas.
Si bien es la segunda edición, su recorrido viene de dos años atrás; ya que es resultado y fusión de dos proyectos anteriores: kooperatzen, en Beterri-Buruntzaldea, y Berrekin-Berregin, en Debagoiena. El año pasado, al reunirse los agentes de ambos proyectos y sumándose otros, empezaron un nuevo camino. Los principales impulsores son la red Olatukoop y el Instituto Lanki de Mondragon Unibertsitatea, pero el grupo es más amplio. En cooperación con ellos se encuentran diferentes ayuntamientos, agencias de desarrollo y el instituto Gezki de EHU; y la financiación proviene de la Diputación Foral de Gipuzkoa.
En esta edición, se han inscrito 50 personas y se trabajarán alrededor de 30 proyectos. Se trata de un programa separado en tres fases –o fábricas-: formación, tutoría y trabajo en red. El primero, diez semanas de enseñanza práctica sobre proyectos basados en la economía social. Se han organizado acciones de cuatro horas de miércoles a viernes. En las sesiones conjuntas de Eskoriaza y Hernani se trabajará sobre la teoría y los recursos; por otro lado, en las sesiones comarcales, podrán adaptar lo aprendido a su proyecto; en este caso, tendrán la oportunidad de trabajar en red y conocer la economía de cada territorio. Estos nuevos proyectos colectivos se desarrollarán en nodos de semilleros, teniendo en cuenta la realidad y necesidades de cada territorio. En esta ocasión, se llevará a cabo en cuatro comarcas de Gipuzkoa, Debagoiena, Buruntza-Beterri, Oarsoaldea y Bidasoa.
Al finalizar la formación, las personas responsables de cada proyecto fijarán varios objetivos y tendrán una persona de apoyo o tutora que les acompañe en el camino. Entre Semana Santa y verano prepararán iniciativas piloto y, después los pondrán en marcha, trabajando en red con los agentes locales para integrarse en el tejido comunitario.
Arianne Kareaga Irazabalbeitia
Técnica de Lanki
Mondragon Unibertsitatea