El Centre Delàs d’Estudis per la Pau ha presentado su informe número 66, que lleva por título «La Banca Armada y su corresponsabilidad en el genocidio en Gaza. La financiación de las empresas que fabrican las armas usadas en las masacres contra la población palestina» Este trabajo ha sido elaborado por Gemma Amorós, Eduardo Aragón, Jordi Calvo, Max Carbonell y Lucía Ibáñez.
El informe pone el foco en el negocio de los bancos y las empresas de armas que se están lucrando de la ocupación israelí de Gaza. Para ello, se establecen y documentan las conexiones que hay entre las exportaciones de armas de diferentes estados a Israel estos últimos años, las empresas de armas que las producen y los bancos que las financian.
Se habla así de ‘Banca Armada’ y genocidio, apelando a la responsabilidad que emana de la inyección de recursos económicos de las entidades financieras a empresas que venden armas que son utilizadas por el ejército israelí en Gaza y el resto de los territorios palestinos. Con estas armas, Israel estaría cometiendo crímenes contra la humanidad de forma sistemática, llegando a constituir un crimen de genocidio, según apuntan voces expertas e investiga el Tribunal Penal Internacional.
Concretamente, se han identificado hasta 12 entidades financieras españolas, entre ellas Santander, BBVA y CaixaBank, pero también de otros bancos estatales como Ibercaja, Banco Caminos o Banca March, que han financiado a siete de las 15 empresas analizadas que proveen de armas y municiones a Israel: Boeing, Day & Zimmerman, General Dynamics, Oshkosh Corp, Leonardo, Rheinmetall y MTU Friedrichshafen. De estas entidades financieras, Santander y BBVA son los principales bancos que han financiado a los fabricantes de las armas que utiliza el ejército de Israel para cometer el genocidio en Gaza, con más de 2.442 y 1.500 millones de dólares, respectivamente.
Frente a esta realidad, cabe concluir que las finanzas éticas se constituyen la única alternativa real a una ‘Banca Armada’ con responsabilidades en el genocidio, ya que rechazan cualquier inversión en empresas productoras de armamento y promueven un modelo financiero basado en la construcción de un futuro para la humanidad que apuesta por la reducción de la desigualdad y la justicia social, la igualdad efectiva y la no discriminación de colectivos vulnerabilizados, y por supuesto, este basado en los principios de la cultura de paz y el respeto a los derechos humanos.
Esto último es imprescindible para construir un futuro mejor y libre de conflictos armados y genocidios como el que está ocurriendo en Gaza a fecha de redacción del informe.
Fuente: Economíasolidaria.org