La presentación de la Memoria de la Asociación de empresas de inserción de Euskadi tuvo lugar en Sondika, donde apelaron por abandonar la resignación ante la coyuntura que estamos viviendo y a apostar por más y mejor empleo incorporando a todos los agentes económicos y sociales.
La presidenta de GIZATEA, Marijose Rodrigo, presentó los datos económicos y sociales agregados de las empresas de inserción integradas en Gizatea en 2021, en un año marcado por la salida de la crisis creada por la pandemia de la Covid-19, la invasión de Ucrania, crisis energética o la ruptura de la cadena de suministros…“Si algo estamos aprendiendo de estas crisis es a poner a las personas en el centro, algo que siempre ha formado parte del ADN de las empresas de inserción”, subrayó la presidenta de Gizatea en la rueda de prensa.
La Vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, quien acompañó a las responsables de Gizatea en el acto de presentación de su memoria anual, reconoció que “hemos dados pasos que hace dos años parecían impensables. Los estamos dando de la mano de los agentes sociales que quieren participar, de los ayuntamientos y de las entidades del tercer sector que están pegadas a las realidades de desigualdad que queremos corregir”. “Hace un año os dije que superar la crisis pandémica no significaba volver donde estábamos, sino salir con una sociedad mejor”, añadió.
Memoria Social
GIZATEA–Asociación de Empresas de Inserción del País Vasco, agrupa a 42 empresas cuya finalidad es generar oportunidades de empleo para personas en situación o riesgo de exclusión social.
En el año 2021 el sector de las empresas de inserción ha recuperado los niveles previos a la pandemia en las principales magnitudes tanto económicas, como sociales, algunas de las cuales resumimos a continuación:
• El empleo generado por el sector se ha incrementado un 23%, alcanzando su máximo histórico: las empresas de inserción emplean a 1.438 personas (51,9% mujeres y 48,1% hombres)
• El número de personas trabajadoras de inserción se incrementa un 11% con respecto al año anterior, situándose niveles del 2018. Son 777 personas trabajadoras de inserción, de las que el 51% son mujeres.
• La incorporación al mercado ordinario de las personas que finalizan su itinerario en las empresas de inserción vascas recupera los niveles previos a la pandemia: el 61% de las personas se incorporan al mercado laboral ordinario al finalizar su proceso de inserción en la empresa de inserción.
• En cuanto a los datos económicos, las ventas continúan siendo la principal fuente de ingresos de las empresas de inserción, el 74% de los ingresos procede de la facturación por venta de productos y servicios, suponiendo ello “un indicador de la autonomía de las empresas de inserción”, añadió Rodrigo.
• Los ingresos totales superan los 32,5 millones, de los cuales 24 millones son por facturación de bienes y servicios. Del total de las ventas, un 91% procede de clientes privados y un 9%, del sector público, lo que supone “una oportunidad de crecimiento a través de la contratación pública reservada”.
• Además, un elemento diferencial de las empresas de inserción respecto a otros instrumentos de las políticas activas de empleo y otros mecanismos de lucha contra la pobreza radica en que no consumen recursos económicos a fondo perdido, sino que la inversión pública produce un retorno a la sociedad tanto a nivel fiscal (vía impuesto de actividad económica, IRPF) como económico (reduciendo el número de personas en desempleo que reciben prestaciones y dinamizando la economía) y en términos de cohesión y justicia social.
Así, en 2021 el retorno por puesto de inserción fue de 6.983,26 € que en términos globales supone un retorno total de 3.140.653,58 euros. El coste real de una plaza de inserción se estima en 7.722,34 €, lo que supone un ahorro estimado para la administración pública de 7.370,68 € (en relación a los costes de una persona perceptora de RGI y otras ayudas sociales).
Acceso a la Memoria Social 2021
Fuente: Gizatea