Marian Diez es Doctora en Economía por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU). Profesora, en la actualidad jubilada, del Departamento de Economía Aplicada I (UPV/EHU). Su docencia e investigación en la evaluación de políticas públicas de desarrollo y en las economías críticas y transformadoras, en particular en la construcción, teórica y práctica, de la economía social y solidaria. Lleva más de 10 años formando parte de la Junta de REAS Euskadi (Red de Economía Alternativa y Solidaria) es Presidenta de la red desde el año 2016.
1.¿Qué es para vosotras una economía alternativa y solidaria?
Llevamos años defendiendo y construyendo, desde nuestras prácticas, una economía alternativa que transita hacia un modelo solidario donde las personas, y no los mercados, se sitúan en el centro de la organización económica y social, donde la economía adopta una función instrumental sujeta a las esferas democráticas de participación y decisión ciudadana. Y lo hacemos porque estamos convencidas de que solo así conseguiremos unas condiciones de vida dignas, justas y equitativas para todas y todos.
La Economía Alternativa y Solidaria es un modelo económico y social que pone la vida en el centro, la vida de las personas y del planeta, esto significa que el cuidado de las personas, de las comunidades locales, de nuestro territorio natural como ser vivo es algo esencial, es la idea fundamental sobre la que debemos construir la actividad económica dirigida a satisfacer nuestras necesidades personales y comunes, respetando los límites marcados por un planeta que queremos vivo.
Por eso, promovemos y desarrollamos iniciativas alternativas en todas las esferas del ciclo económico (financiación, producción, comercialización y consumo) desde valores relacionados con la cooperación, la reciprocidad, la autogestión y la sostenibilidad.
2. ¿Qué objetivos unen a las entidades que forman parte de las redes de REAS?
Todas las organizaciones y empresas que formamos parte de REAS Red de Redes (la red confederal que agrupa a 15 redes territoriales y 4 sectoriales) nos hemos comprometido con el cumplimiento de los principios de la Carta de Economía Solidaria. Estos principios son los que conforman nuestra identidad, nuestra forma de hacer y entender la economía alternativa. Como ya he mencionado, es una identidad que viene marcada por nuestra voluntad de construir, entre todas, otro modelo de economía, de sociedad y de vida más justo, participativo, humano, solidario, sostenible y feminista.
La primera versión de esta Carta de Principios fue elaborada en el año 1995 y se revisó posteriormente en 2000 y 2011. En 2022, presentamos una actualización de sus contenidos, de acuerdo a los cambios que se han ido produciendo en los contextos tanto locales como globales, en el ámbito de las alternativas económicas transformadoras y en el propio movimiento de la Economía Solidaria. En este sentido, cabe destacar la incorporación de una mirada más feminista y ecologista, dado que enfrentamos una coyuntura planetaria en la que la respuesta a las urgencias y los retos eco sociales se han convertido en una prioridad para la propia sostenibilidad de la vida.
Los 6 principios de la Carta son equidad, trabajo digno, sostenibilidad ecológica, cooperación, reparto justo de la riqueza y compromiso con el entorno. Sería largo detallar ahora aquí cada uno de estos principios, pero os animo a consultarlos en la página web de Reas Euskadi o en www.economiasolidaria.org.
Aquí, quiero precisar también que nuestro compromiso con estos principios no es meramente declarativo o de palabra. De hecho, todos los años nos autoevaluamos mediante una herramienta que es la Auditoría Social para poder conocer, medir y valorar cómo estamos cumpliendo y desarrollando estos principios en nuestras organizaciones. Es un compromiso real desde nuestra práctica económica.
3. En tu opinión, ¿Cuáles deberían ser las claves para transformar el actual modelo económico en una economía feminista?
Desde hace ya unos cuantos años, no solo desde Reas Euskadi sino desde el resto del movimiento de economía solidaria, afirmamos y defendemos que La economía solo será solidaria si es feminista. Esta es la idea que impulsa las tareas emprendidas por el grupo de trabajo sobre feminismo de Reas Euskadi, EkoSolFem, y también por la Comisión de Feminismos estatal y otras comisiones territoriales.
Cuando afirmamos que La economía solo será solidaria si es feminista, no pensamos, en absoluto, en esta frase como un slogan fácil… sino que entendemos que es una idea transformadora que queremos que forme parte de nuestra estrategia de construcción y despliegue de la economía solidaria.
Nuestra propuesta hacia una transición feminista incluye garantizar que los cuidados ocupen un lugar central en la organización de la vida económica y social. Para ello, es preciso impulsar una nueva organización social de los cuidados que asegure el derecho al cuidado de todas las personas y su desarrollo en condiciones dignas. Garantizar el derecho al cuidado es una responsabilidad que debe ser compartida por el conjunto de la sociedad: instituciones públicas, agentes sociales, comunidad y hogares. Y lo recuerdo porque si algo se ha puesto en evidencia en las crisis sufridas estos últimos años es la gran importancia que los cuidados a las personas (esos trabajos invisibles para el capitalismo) tienen en el sostén de unas vidas humanas vulnerables.
Nuestro desafío es llevar esta transformación también hacia dentro de nuestras redes y organizaciones. Para ello, se han puesto en marcha procesos de transformación interna que afectan profundamente a nuestras formas de hacer con el objetivo de desarrollar organizaciones y procesos de participación equitativos para hombres y mujeres. En estas transformaciones feministas, se abordan las desigualdades de género que también existen en nuestras empresas, en nuestras relaciones y en nuestras actividades. Desigualdades que afectan a la forma de organizar nuestro trabajo, a la toma de decisiones, a la participación, a la forma de valorar y remunerar las diferentes tareas, a los tiempos y, por supuesto, a los cuidados.
Por eso, nos hemos preocupado de desarrollar herramientas que nos ayuden a esta transformación. Que nos ayuden a incorporar la perspectiva crítica feminista en la visión y la práctica de la economía solidaria.
4. En este año 2023 ¿Cuáles son los principales retos de Reas Euskadi?
Reas Euskadi tiene por delante, al menos, tres grandes retos para los próximos años, es decir, yo iría más allá de 2023. Ninguno de ellos es en realidad nuevo, sino que se trata de dar continuidad al trabajo que como red y como organizaciones ya venimos haciendo.
El primero es que debemos aspirar a seguir creciendo en presencia económica, social y territorial. Debemos conseguir que prácticas económicas cooperativas y transformadoras como las nuestras estén presentes en todos los circuitos que necesitamos para vivir, nosotras y nuestras comunidades; en sectores como la vivienda, la alimentación, la comunicación, por mencionar algunos en los que todavía no tenemos una presencia significativa, reforzando así y complementando los espacios en los que ya estamos, extendiendo nuestra presencia e impacto. Estamos en este camino, acercándonos a las 100 organizaciones socias en la red.
El segundo reto es fortalecernos como movimiento transformador para conseguir que nuestra incidencia social y política crezca y, al mismo tiempo, conseguir un mayor reconocimiento institucional. Ahí, creo que debemos continuar nuestro trabajo en estrecha colaboración con otros movimientos sociales generando cada vez a debemos seguir generando propuestas de políticas públicas de cara a las instituciones para aumentar la presencia de la Economía Solidaria y de proyectos promovidos por la ciudadanía activa en nuestros territorios.
El tercer reto tiene que ver con nuestra capacidad para considerar la economía solidaria una alternativa viva y en constante evolución. Me explico, para mí, en los últimos años una de las experiencias de trabajo más enriquecedoras ha sido el diálogo que hemos introducido entre la Economía Solidaria y la Economía Feminista. Desde este ámbito de trabajo todavía nos queda mucho por hacer desde el feminismo, pero también vemos la necesidad de establecer diálogos sólidos con otras economías críticas como la ecológica.