Entrevista a Joana Revilla, Coordinadora de GIZATEA

julio 28, 2023 | Sin categorizar

Entrevistamos a Joana Revilla, coordinadora de Gizatea, la Asociación de Empresas de Inserción del País Vasco. En esta entrevista nos relata como las empresas de inserción abordan las tensiones que se dan entre el empleo y la integración, de las personas en riesgo de exclusión, tratando de minimizarlas, y en este sentido, son un instrumento generador de oportunidades de empleo inclusivo. Nos cuenta la actualidad y futuro de las empresas de inserción y el papel de las mujeres en este contexto.

  1. Después de la pandemia y de las diferentes crisis que han afectado recientemente a la sociedad vasca ¿Cuáles son los principales objetivos de GIZATEA?

Durante la pandemia las empresas de inserción agrupadas en GIZATEA demostraron una gran capacidad de adaptación, y a pesar de las dificultades, mantuvieron su compromiso con el empleo inclusivo y de calidad de las personas en situación o riesgo de inclusión para las que trabajan. En este sentido, el objetivo principal de las empresas de inserción ha sido mantener los puestos de inserción, especialmente de las personas más vulnerables.

Ahora que podemos decir que lo peor de la crisis económica y social producida por la pandemia ya ha pasado, el objetivo de GIZATEA es conseguir un contexto y un marco regulatorio adecuado a la realidad de las empresas de inserción, que favorezca el crecimiento y sostenimiento del sector.

Para ello, GIZATEA está trabajando en 3 líneas fundamentalmente: seguir facilitando la interlocución de las empresas de inserción ante las instituciones públicas, los agentes socioeconómicos y la sociedad; continuar trabajando por la mejora y el fortalecimiento del sector, a través de formación y del desarrollo de herramientas para su crecimiento, mediante la identificación de oportunidades de colaboración y de nuevos nichos de mercado que permitan generar más puestos de inserción en Euskadi, especialmente en aquellos municipios y comarcas donde no existe el recurso empresa de inserción; e impulsando los contratos reservados como un instrumento para generar empleo inclusivo.

Y todo esto, lo hacemos fomentando el trabajo en red con otros agentes del tercer sector y de la economía social, con las instituciones públicas, con la empresa privada y con otros agentes socioeconómicos, además de impulsar la intercooperación entre las empresas de inserción integradas en la red de GIZATEA.

2. ¿Podrías hablarnos sobre la importancia de las Empresas de Inserción? ¿Cuáles son las principales dificultades de las personas con necesidades complejas de inserción laboral?

Las empresas de inserción son un instrumento de política activa de empleo, a caballo entre la formación y el empleo, dirigida a personas en situación o riesgo de exclusión que tienen dificultades para acceder al empleo ordinario.

En los últimos tiempos, el empleo ha reducido la capacidad de integración social de estas personas, debido a la precariedad salarial y un mercado laboral cada vez más polarizado. Precisamente, las empresas de inserción abordan esas tensiones que se dan entre el empleo y la integración, tratando de minimizarlas, y en este sentido, son un instrumento generador de oportunidades de empleo inclusivo.

Las empresas de inserción ofrecen un itinerario personalizado e integral a las personas con necesidades complejas de inserción laboral, que, por diferentes razones, han sido excluidas de oportunidades formativas, laborales o sociales. Estos itinerarios, que tienen una duración máxima de tres años, contemplan un conjunto amplio de apoyos y prestaciones, con el objetivo de mejorar la empleabilidad, y facilitar, al finalizar el proceso, la inserción de las personas en el mercado laboral ordinario. Además de un empleo remunerado en un entorno productivo real, el itinerario de inserción contempla formación, tanto en el puesto de trabajo como externa, para la adecuación del nivel formativo y la adquisición de competencias exigidas en las empresas, acompañamiento social, y apoyo al tránsito al empleo ordinario.

En 2022, las empresas de inserción agrupadas en GIZATEA han dado empleo a 1.492 personas, de las cuales, 872 han sido personas en proceso de inserción, y solo en este año, han facilitado el tránsito al empleo ordinario a 98 personas de las 185 que han finalizado su itinerario en la empresa de inserción. Las empresas de inserción han demostrado ser una herramienta innovadora, eficaz y eficiente para la inclusión social y laboral de personas en situación de vulnerabilidad, con tasas de inserción laboral al finalizar el itinerario en la empresa de inserción que se mueven entre el 60% y el 70%.

Las principales dificultades a las que se enfrentan las personas en proceso de inserción son la baja cualificación, largos periodos fuera del mercado laboral, falta de hábitos sociolaborales, necesidad de periodos de adaptación al puesto más amplios, situaciones sociales y relaciones complejas, o necesidades de conciliación, entre otros.

Por todo ello, consideramos que las empresas de inserción son un instrumento valioso para muchas personas en sus procesos de inclusión laboral y, por lo tanto, una pieza clave de las políticas de empleo e inclusión, y a su vez, agentes de economía social, que generan actividad y riqueza económica en la comunidad, con un compromiso claro con el desarrollo local, la cohesión social y la sostenibilidad.

3. ¿Cuál es el papel de las mujeres en las Empresas de Inserción en Euskadi? ¿Cuáles son las principales barreras para la inserción laboral de las mujeres?

Es una realidad que en el mercado laboral sigue existiendo desigualdad entre sexos. Las cifras muestran que las mujeres registran menores tasas de actividad y mayores tasas de desempleo que los hombres, el empleo a tiempo parcial se concentra en las mujeres, y sigue existiendo brecha salarial entre hombres y mujeres.

Esta desigualdad es más acentuada entre las mujeres que se encuentran en situación de exclusión. Las mujeres al frente de familias monomarentales, o las mujeres víctimas de violencia de género tienen mayores dificultades para acceder al mercado laboral, y, por tanto, tienen un mayor riesgo de exclusión.

Las empresas de inserción, como instrumento orientado a facilitar el desarrollo de las capacidades en el ámbito laboral de todas las personas que se encuentran en situación de desventaja social para acceder al mercado de trabajo, tienen en consideración las diferentes situaciones, condiciones, aspiraciones y necesidades de mujeres y hombres, incorporando objetivos y actuaciones específicas dirigidas a eliminar las desigualdades y luchar contra cualquier tipo de discriminación por sexo. En este sentido, las empresas de inserción, en el marco del itinerario de inserción sociolaboral, desarrollan acciones concretas orientadas a mujeres, que por su situación de vida personal, se enfrentan a mayores barreras para acceder al mercado laboral, como medidas de conciliación para el cuidado de familiares para mujeres que no cuentan con una red familiar o social, o la creación de espacios seguros en el entorno laboral para mujeres víctima de violencia de género, así como acciones orientadas al empoderamiento.

Por otro lado, existe una segregación profesional en el ámbito laboral, con sectores típicamente masculinizados, y con una presencia mayoritaria de mujeres en sectores precarizados, consecuencia de la socialización diferenciada y discriminatoria de hombres y mujeres. En este sentido, desde las empresas de inserción que integramos GIZATEA, procuramos que las acciones formativas y los puestos de trabajo ofertados a mujeres y hombres, sean totalmente inclusivos y rompan los patrones que segmentan por sexos el mercado de trabajo.

Aun así, cuando las mujeres salen de la empresa de inserción siguen encontrándose con algunas de estas barreras en el mercado laboral ordinario. Por ello, es necesario seguir trabajado por un mercado laboral más inclusivo y con igualdad de oportunidades para todos y todas.

4. ¿Qué evolución crees que han tenido la EI vascas en los últimos años?

Pese a que en los últimos años hemos ido encadenando diferentes crisis económicas, la evolución de las empresas de inserción en Euskadi, en términos generales, pude considerarse de muy positiva.

Si bien, el número de empresas de inserción en Euskadi en los últimos años se mantiene estable, en torno a 40-45 empresas, el número de personas trabajadoras de inserción viene creciendo de manera continuada año a año, con un crecimiento medio anual en los últimos 10 años en torno al 10%. Así, en 2022, el número de personas trabajadoras de inserción ha sido de 872, lo que ha supuesto un incremento del 12% respecto al año anterior.

Fruto del trabajo de visibilización que se viene realizando a través de GIZATEA, pero sobre todo, gracias a la propia labor social que cumplen, las empresas de inserción son cada vez más conocidas en nuestro entorno y cuentan con el reconocimiento de instituciones públicas y de la sociedad como agente agente relevante de la economía social en el ámbito de la inserción social y laboral de personas en situación de vulnerabilidad.

Asimismo, las empresas de inserción vascas son un referente a nivel estatal. En los últimos 15 años las empresas de inserción de GIZATEA han desarrollado un modelo de acompañamiento a la inserción propio, adaptado a su realidad, que se ha convertido en un referente en el ámbito de la inserción sociolaboral de personas con dificultades para acceder al mercado de trabajo.

5. ¿Cómo ves el futuro de las EI vascas?

Nos encontramos en un contexto económico y productivo cambiante e incierto, y, por tanto, no podemos afirmar con seguridad cómo va a ser el entorno en el que se van a mover las empresas de inserción los próximos años.

Sin embargo, sí que se observan ciertos fenómenos y tendencias que hacen pensar en un escenario favorable para el desarrollo de las empresas de inserción.  La cronificación del desempleo, la polarización del mercado de trabajo, la aceleración de los procesos de desigualdad, el aumento de la complejidad de las actividades productivas con mayores exigencias de cualificación y necesidades de recualificación, o los cambios en las dinámicas migratorias, entre otros, son elementos que hacen que las empresas de inserción sigan siendo un instrumento necesario para la inserción sociolaboral de las personas con más dificultades de acceso al empleo.

Por otro lado, el reto demográfico, la digitalización y la emergencia de nuevos sectores económicos son una oportunidad para la creación de empleo inclusivo para personas en situación de vulnerabilidad social.

Asimismo, vemos necesario afianzar en el futuro el apoyo de las administraciones públicas para el fomento y desarrollo de las empresas de inserción, a través de un marco regulatorio ajustado al contexto socioeconómico y a las necesidades de las personas en situación o riesgo de exclusión, y del impulso de los contratos reservados como instrumento para generar empleo para los colectivos más vulnerables. En el futuro va a ser fundamental establecer mecanismos de colaboración público-privada entre empresas de inserción, entidades sociales y otros agentes para el impulso del empleo inclusivo.

6. ¿A qué retos se enfrenta el sector de la ESS de cara al futuro?

El principal reto al que se enfrenta el sector de la Economía Social, en el cual participamos las empresas de inserción, es lograr el reconocimiento como agentes económicos que generan riqueza económica, desarrollo local y cohesión social en las comunidades en las que desarrollan su actividad.

Es importante conseguir apoyo institucional a través de políticas y regulaciones que favorezcan el crecimiento y desarrollo de iniciativas de economía social que pongan en el centro a la persona.

Para ello, es necesario aumentar su visibilidad ante las instituciones, los agentes socioeconómicos y la sociedad en general, y mostrar el impacto social y medioambiental de las actividades de economía social, para lo que se hace necesario contar con herramientas y metodologías adecuadas para la medición del impacto que incorporen los valores de la economía social.

Asimismo, se hace necesario fomentar la colaboración entre organizaciones de la ESS y establecer redes sólidas y alianzas de cooperación que permitan fortalecer el sector.

La capitalidad española de la Economía Social que ostenta la ciudad de Donostia-San Sebastian en 2023 brinda una oportunidad para mostrar otra forma de hacer economía, más justa, igualitaria y participativa, pero sobre todo que pone en el centro a las personas.

Fuente: OVES-GEEB