Si bien es cierto que al caracterizar la Economía Social y Solidaria surgen divergencias, algunas de ellas, muy agudas, todos los que nos movemos en este ámbito entendemos que la llamada Economía Social y Solidaria es una alternativa al modelo económico actual. Al no ser objeto de este artículo entrar en ese debate para intentar definir la Economía Social y/o Solidaria, nos referiremos a ambos como un único grupo en el que se sitúan aquellas actividades y experiencias que tienen el fin de satisfacer las necesidades humanas de una manera alternativa y responsable (con la naturaleza, las personas, etc.).
Antes de divagar sobre las tareas más inmediatas a realizar por el mundo de la ESS, deberíamos echar un vistazo (aunque sea a grandes rasgos) al entorno actual de la misma, es decir la economía y sociedades capitalistas.
Es palpable la necesidad de cambio, ya que la senda del capitalismo de “libre” mercado nos está llevando en pocas palabras a: la destrucción del planeta; la destrucción del ser humano tanto físico – pobreza, guerras – como psíquico-moral – pasividad, individualismo, egoísmo, etc. – ; continuas crisis que profundizan dichas situaciones y aumentan las desigualdades tanto dentro como entre diferentes sociedades. Todo ello mientras vemos que hace mucho tiempo que el desarrollo de las fuerzas productivas permite asegurar una subsistencia digna y llana de los habitantes de este planeta sin discriminación; y a medida que pasa el tiempo tenemos la posibilidad de disminuir aún más el impacto en la naturaleza que genera la actividad económica del ser humano, gracias a las continuas mejoras en el uso de las diferentes energías y tecnologías.
Ante este panorama, podríamos reproducir un proverbio chino: “bienvenidos a tiempos interesantes”, el cual alude a que es en tiempos inestables y “caóticos” cuando se pueden realizar grandes cambios. Y es ahora cuando la Economía Social y Solidaria tiene que irrumpir con fuerza en nuestras sociedades, para dar una alternativa real y necesaria a este sistema capitalista.
Y es que el actual sistema ya no convence tan hegemónicamente como hace unos años y cada vez es más amplia la parte de la sociedad que coincide con los valores y principios que la Economía Social y Solidaria practica en su día a día y engloba en su ser. Si saliéramos a la calle y preguntáramos a varias personas al azar, la mayoría coincidiría en repudiar la explotación y la precarización del asalariado, pondrían en cuestión el consumismo en masa, la especulación que juega con los medios de vida de las personas (vivienda, alimentos, etc.), y en última instancia llegaríamos a la conclusión de que la mayoría de la gente quiere una sociedad en la que la búsqueda de beneficio no sea el motor de las actividades económicas y el centro de gravedad en el cual recaen las bases de esa sociedad.
Entonces, estando las cosas como están, se podría decir que la tarea más inmediata de la Economía Social y Solidaria en estos momentos es la de visibilizarse a sí misma. Darse a conocer sin tapujos ante la sociedad, demostrar que hay otras formas de hacer las cosas, respetando el entorno y las personas. Es decir, transmitir a la ciudadanía que ya existen esas experiencias que ponen en duda el modelo de empresa capitalista tradicional y que éstas alternativas pueden ser gérmenes de una sociedad post-capitalista más justa. Hace falta hacer esa labor de difusión de las experiencias, para sumar cada vez más apoyos e ir tejiendo una red cada vez más amplia desde la misma base de la sociedad, las personas.
Es en este sentido que nació y trabaja ALEA Elkartea, una asociación para la promoción de alternativas económicas, que surgió a raíz del máster en Economía Social y Solidaria de la UPV/EHU. Con la humildad y las ganas de transformar, desde ALEA Elkartea intentamos hacer difusión de las diferentes experiencias en el ámbito económico que hagan frente al capitalismo salvaje, voraz e inhumano, precisamente en esa labor de visibilizar la ESS y sensibilizar y concienciar a la gente.
Pero obviamente, para lograr una masa sólida entorno a la ESS que pueda ganarle el pulso a la economía tradicional, esa labor de visibilizarse no será suficiente, tiene que hacerse un esfuerzo mayor, que vaya desde la propia revisión y actualización de las prácticas y valores de la ESS hasta el fomento de las experiencias y la inter-cooperación entre los agentes de diferentes ámbitos.
Aratz Soto