Para Cooperatives Europe, el Plan de Acción Europeo para la Economía Social es más que un paso en la dirección correcta, es también un importante reconocimiento político de la economía social y sus actores en Europa. Con un plan tan ambicioso, la Comisión envía una fuerte señal en el sentido de estar comprometida con la implementación de acciones concretas que apoyen el desarrollo y la ampliación de las entidades de la economía social. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de la Comisión, los fallos estructurales podrían diluir su impacto, afectando negativamente a las cooperativas o incluso omitiendo algunas. El análisis del Plan de Acción realizado por el equipo de Cooperatives Europe muestra que carece de objetivos a largo plazo y de una visión sólida para 2030, lo que deja abierta una serie de preguntas: ¿dónde queremos que esté la economía social y la economía cooperativa en 2030? ¿pretendemos establecer una política de economía social de la UE específica o integrar la economía social en todas las políticas de la UE?
Para garantizar una mayor previsión para las cooperativas y otras empresas sociales, la fase de aplicación podría empezar por responder a estas preguntas con mayor precisión. Debería establecer objetivos y puntos de referencia concretos a nivel de la UE. Por otro lado, la falta de una comprensión común de la economía social entre los responsables políticos es un problema que persiste. Aunque para las cooperativas no es concebible una definición única, unas directrices claras y comunes a todos los Estados miembros son más que necesarias para evitar las diferentes interpretaciones y el pensamiento de silo. Independientemente de su tamaño y sector, todas las cooperativas deberían beneficiarse del PAES. En este sentido, se podría estar dejando de lado a algunas cooperativas. Por ejemplo, las acciones en el ámbito de la cooperación internacional previstas por la Comisión están en su mayoría limitadas en su alcance a determinadas entidades y espacios. Algunas empresas cooperativas europeas no pertenecientes a la UE no podrán beneficiarse del PAES, lo que repercutirá negativamente en las cooperativas de ambos lados de la frontera de la UE.
Otras preocupaciones más amplias y generales siguen siendo abordadas vagamente. Por ejemplo, la falta de visibilidad y de conocimiento del modelo cooperativo limita el acceso de nuestros socios a la financiación y al mercado de capitales. Las cooperativas europeas necesitan más medidas de apoyo para fomentar las inversiones, al tiempo que les permitan mantener sus especificidades de gobernanza y sus valores fundamentales.
A pesar del firme compromiso de la Comisión con un futuro más justo y sostenible, la cuestión de la igualdad de género todavía no se aborda explícitamente y los esfuerzos, en lo que respecta a la transición ecológica y digital, podrían intensificarse para promover los logros de las cooperativas y apoyarlas para que afronten los retos correspondientes.
Sin embargo, más allá de estos defectos, es emocionante ver los logros positivos del Plan de Acción, que fueron recibidos con satisfacción por los miembros de Cooperatives Europe que apoya la creación del Portal de la Economía Social de la UE, que ayudará definitivamente a las cooperativas a acceder a la información y a la financiación. La Academia de Políticas de Emprendimiento Juvenil es también una excelente iniciativa, que se hace eco del trabajo de Cooperatives Europe en el apoyo al emprendimiento juvenil cooperativo a través de proyectos como CoopStarter y Coop4edu.
El Plan de Acción tiene el potencial de apoyar eficazmente el desarrollo de la economía social en Europa y de integrarla en las políticas de la UE. Ahora hay que centrarse en su aplicación, que será crucial para todos los actores de la familia de la economía social.La fuerza de Cooperatives Europe se basa en la diversidad de sus miembros y en la participación democrática en sus actividades. Esperamos que la Comisión siga este ejemplo y adopte un fuerte enfoque participativo y cooperativo en la fase de aplicación.
Fuente: Social Economy News