La cooperativa Maitelan se fundó en 2020. En primer lugar, a petición de los técnicos de la agencia de desarrollo Iturola de Hernani, el Instituto Gezki de la UPV-EHU realizó un estudio sobre las necesidades de cuidados en la comarca de Beterri-Buruntza. Posteriormente, hace dos años, el grupo Amher SOS Racismo y Iturola de Hernani impulsaron un proceso colaborativo con las mujeres migrantes. Cada sábado se reunían entre 30 y 40 mujeres y entre todas ellas se identificaron las carencias del sector de los cuidados: una clara precariedad, trabajos sin contrato, empleados de hogar que trabajaban 24 horas por 900 euros… En ese proceso vieron la posibilidad de transformar el sector cooperativizado.
De las 30-40 mujeres migrantes que iniciaron el proceso, siete se hicieron socias trabajadoras: cuatro de ellas son formales y otras tres están sin regularizar (sin papeles), pero participan en las estructuras de Maitelan con las mismas decisiones y derechos. Con el resto de trabajadoras que no dieron el paso a la cooperativa han creado una bolsa de trabajo y puntualmente, cuando los trabajadoras socias no pueden realizar un servicio, Maitelan recurre a esta bolsa de trabajo.
Pero además de los socios trabajadores hay otros dos tipos de socios: los usuarios (los que reciben el servicio) son ocho, cinco de ellos individuales y tres entidades.
El objetivo de Maitelan es dignificar el sector para sacar los cuidados de esa precariedad estructural. Para ello, en el momento de su creación, comenzaron a trabajar en un acuerdo para garantizar las coberturas sociales (vacaciones, pagas extras…) que dignificarían el trabajo. Pero todavía no han conseguido ese objetivo. Ernesto Fernández, coordinador de la cooperativa, ha reconocido la existencia de empresas neoliberales con mejores condiciones laborales.
Además del trabajo los cuidados, se ha continuado desde el inicio con el sector de la limpieza, con el objetivo de “dotar de estabilidad mínima a las trabajadoras. El sector de los cuidados es muy variable y el servicio de limpieza no”. Se ha buscado la cooperativización de los salarios, es decir, que, independientemente del trabajo que se realizase, el importe bruto que se cobra por hora sea el mismo. “Pero esos dos convenios son las dos caras de la misma moneda: la de limpieza es muy fuerte y la de los cuidados, que muchas veces no existe”. Al aplicar el salario del convenio de limpieza a los cuidados, se han dado cuenta de que no pueden competir en los precios del mercado: “Por ello, para el mes de enero vamos a diferenciar las tareas de cuidados y limpieza, se cobrará de forma diferente. Es una batalla perdida, pero no se puede hacer de otra manera”. Otro de los objetivos de Maitelan es regularizar la situación de las personas sin papeles a través de la cooperativa. Las dificultades también son importantes: “La cooperativa de cada persona que queremos regularizar tiene que tener un capital social de 10.000 euros, además de un contrato con esa persona de al menos el 80% de la jornada laboral”.
Fuente: Argia